Dependiendo del destino de las plantas, podremos encontrar distintos tipos de viveros.
Los viveros son espacios llenos de plantas donde cultivar diversos tipos de plantas para diferentes usos, entre ellos la venta al público.
Seguro que todos aquellos que sentimos pasión por las plantas hemos pisado en más de una ocasión un vivero en busca de una especie determinada para nuestro jardín o terraza. Pero los viveros son más que grandes espacios destinados a la venta de una variedad enorme de plantas y accesorios para el jardín.
Los viverosson espacios en los que se cultivan diversas especies para usos muy determinados. Los más conocidos son aquellos que cultivan plantas para su compra, es decir, aquellos sitios a los que acudimos cuando queremos decorar nuestro balcón o jardín con plantas singulares, queremos comprar árboles frutales y semillas para nuestro huerto, o queremos adquirir abono, jardineras, herramientas y maceteros para poder cultivarlas en la intimidad de nuestro hogar. Son los conocidos como viveros ornamentales y agrícolas en función de si se dedican al cultivo y comercialización de especies destinadas a la agricultura o si, por el contrario, ofrecen plantas para el cuidado y cultivo en hogares y jardines particulares.
Pero existe otro tipo de vivero que no está destinado al gran público. En ellos se cultivan especies destinadas a la repoblación forestal. Son lugares destinados a plantar especies susceptibles de sobreexplotación. En estos espacios también se realizan estudios y ensayos sobre cultivo, germinación, genética… Se efectúan investigaciones sobre nuevas especies y su cultivo, el uso de distintos abonos y sustratos, cómo se propagan especies que ponen en riesgo el crecimiento de las autóctonas que las rodean, etc. Y, como hemos avanzado, se establecen proyectos de recuperación y repoblación de especies en peligro de extinción o de sobreexplotación debido a causas medioambientales o comerciales, por ejemplo.
En los viveros de investigación y repoblación las plantas que allí se cultivan suelen ser autóctonas de los ecosistemas donde estas instalaciones están ubicadas, puesto que están destinadas a ser replantadas en vías pecuarias, corredores medioambientales y demás instalaciones pertenecientes a la administración pertinente. También participan en proyectos de conservación y recuperación de especies amenazadas del ecosistema en el que se emplazan; de ahí que sean plantas principalmente autóctonas, típicas de la vegetación de la región.
Gracias a estas instalaciones se pueden llevar a cabo proyectos para recuperar ecosistemas que han sido devastados tras un incendio y riberas de ríos que han sufrido los efectos de las inundaciones y desbordamientos de sus cauces, pero también hábitats específicos para la recuperación y cría de especies de fauna amenazadas por el hombre, especies que están en peligro de extinción a causa de la actividad antrópica que destruye su espacio natural, su hábitat.
A tenor de todo ello, es lógico que los viveros cuenten con varias zonas o espacios para la articulación de su actividad. De este modo, estas instalaciones suelen contar con un área destinada a la siembra de especies; otra en la que tiene lugar el crecimiento de las mismas y, por último, una tercera especializada en la aclimatación de las plantas, que se hace de acuerdo el tipo de vivero, es decir, el destino final del cultivo (jardín particular, ribera de un río…).